viernes, 26 de agosto de 2011

Comunicación en CEL


El mes de agosto del Calendario de la ONCE dice así:


No hay límite si se quiere comunicar con el otro


Y, entonces, después de que se moldeara el cuerpo, aflorara la emoción, se creara el lenguaje y se sobrepasaran todos los límites de las telecomunicaciones,  llegaron a mí este par de joyas que muestran cómo utilizamos nuestro CEL cuando sí queremos comunicarnos con el otro.




Silvio Rodríguez - Ojalá LSE



Proyecto Integrado de final de curso del 
Ciclo Formativo de Grado Superior de Interpretación de Lengua de Signos 
(I.E.S Alhambra, Granada) 

Gracias


Porque somos cuerpo, emoción y lenguaje...

Te deseo un día elegante.

jueves, 21 de julio de 2011

El sueño del gato que se caía


Tuve un sueño de colores claros, colores de la tierra. Yo estaba trabajando con un ordenador y a través de la ventana  de la habitación vi cómo caía un gato. Era de color canela. Su espalda estaba arqueada y su pelaje erizado. Pensé que tenía miedo. ¡Claro, el pobre estaba cayendo y no sabía qué le iba a pasar!

Me levanté de la silla con mucha tranquilidad, preguntándome “¿De dónde habrá caído este gato?¿Lo habrán empujado?¿De quién será?” “¡Pues sí que es raro que un gato se caiga!”, pensé. Giré sobre mí y el gato estaba tumbado en el suelo. Tenía los ojos cerrados y la cabeza mojada, como sudada. Serían los nervios…

Y sucedió algo interesante. De repente, viví en mi propio sueño dos situaciones que se entremezclaban y a la vez estaban claramente diferenciadas:
  1. Situación A: “Vaya, el gato no ha sobrevivido. Pobre. Puedo cogerlo y llevárselo a su dueño”
  2. Situación B: “Vaya, el gato está débil, pero vivo. Claro, preparó su cuerpo para caer. Puedo cogerlo y llevárselo a su dueño”
En el sueño, me planteé elegir qué quería que sucediera: “¿qué quieres que pase: A o B?” En Coaching, se abren más opciones (C, D…Z…), pero en este sueño no tenía un coach que me acompañase. Estábamos el gato y yo, en cuerpo, emoción y lenguaje.

Esa misma tarde, tuve una breve conversación con mi Maestro de Chi Kung. Antes de comenzar con un nuevo aprendizaje, le comenté lo que había soñado.
  • Él: ¿Qué decidiste?
  • Yo: Me desperté
  • Él: Interesante. En algunas culturas, el gato es símbolo de libertad.
Nada más empezar la clase, vino mi cambio de observador. Sentí qué era decidir desde la libertad y comprendí qué había hecho en el sueño, en mi sueño: experimentar la libertad de decidir qué quiero que ocurra con mi sueño y hacerlo desde la tranquilidad. ¡Podía decidir!, aún mejor, ¡podía decidir desde la serenidad! Y me sentí inmensamente feliz.

Os dejo un trocito de un descubrimiento: 

Samsó, R. El maestro de las Cometas. Ed: Obelisco, 2003.

Esta ha sido mi interpretación onírica. Una interpretación que para mí tiene sentido. Una interpretación desde mi libertad de decidir qué quiero hacer. Y como dice el Maestro de las Cometas, en este mismo momento mi sueño nace, al menos, como una posibilidad. He abierto una puerta y he decidido cruzarla. Gracias Gato.

Reflexiones:

¿Qué hace latir tu corazón y te gustaría gritar al mundo?
¿Qué posibilidades se abren cuando tomas decisiones desde la serenidad? 


Te deseo un día elegante

viernes, 1 de julio de 2011

El arte de llevar a la acción


Siempre me han fascinado los creadores, principalmente aquellos que son capaces de atraer y accionar a todos los públicos desde la sencillez. Es el caso de una de las estatuas humanas que el sábado metalizaba Sol.

La puesta en escena era muy real y su dedicatoria movía a los viandantes a dar tributo a aquella dama de la paciencia y el esfuerzo.

A todas las mujeres que silenciosamente han construido la historia

La realidad que nuestra dama generó en aquella parcela de la Puerta del Sol fue la siguiente:
  • Chicas que paseaban en bicicleta, se paraban y echaban monedas
  • Chicos de entre 12 y 14 años rebuscaban la paga en sus bolsillos e instaban a sus acompañantes femeninas a echar dinero.
  • Persona que se sacaba una foto a su lado, persona que hacía sonar la jarrita metálica de nuestra dama.
  • Algunas personas cargadas con bolsas y hablando por el móvil se paraban en seco, como si se hubieran metido en asfalto movedizo. Contemplaban la imagen y diciendo “espera un momento, por favor”, hacían malabares con sus manos y echaban moneditas.

Esto me recuerda a un vídeo que me facilitó Óscar Guirado sobre “El Poder de las Palabras”, y que finaliza con el siguiente mensaje “cambia tus palabras, cambia tu mundo”.

En ambas situaciones, el uso del lenguaje ha provocado unas emociones y unas acciones en las personas. Aquí y allá el lenguaje no es inocente. Al contrario, es culpable y, a veces, “con premeditación y alevosía”. En nosotros están la oportunidad y la responsabilidad de su uso, tanto si callamos como si decimos. El lenguaje tiene mucha fuerza y puede ser un resorte, una motivación, una inspiración para transformar nuestros límites.

Reflexiones: 

¿Qué dedicatoria te escribirías a ti mismo para pasar a la acción? 
¿Qué palabra cambiarías en tu forma de comunicarte, en los discursos que tienes contigo y con los otros, para cambiar tu mundo?
¿Cómo te gustaría utilizar el lenguaje? 


Te deseo un día elegante

miércoles, 18 de mayo de 2011

Gracias por ser, estar y estar siendo

A los Ángeles y a las Mujeres Vela
que me han sostenido con su magia y energía, con su confianza,
con sus ánimos...
Mis coaches particulares que me han enseñado el y en movimiento.
Tranquilos, ya he cogido yo las riendas,
podéis distrutar del viaje y sentir el paisaje.

A la vida como río, al río como Maestro
y los Maestros como artesanos de la paciencia, de la presencia,
de la disponibilidad, de la escucha con los sentidos,
del atreverse a, de la pregunta y del sentir.
Gracias a todos los que abren sus velas y navegan por él.

Aprendo cada día.