lunes, 10 de marzo de 2014

Recursos del ser humano: la respiración mindful

Muchas veces hemos escuchado que “el futuro es algo que estamos creando en el ahora”, pero ¿somos conscientes de “nuestro ahora” mientras construimos nuestro futuro? ¿Aprovechamos nuestras herramientas innatas para vivir con salud y plenitud nuestra vida y el presente creador? 

La posibilidad de respirar es una de las grandes maravillas que tenemos como seres vivos. Gracias a los sencillos movimientos de inspiración y espiración somos capaces de reír, saltar, pensar, crear, disfrutar, y un sinfín de verbos y acciones. Sin embargo, no sacamos todo el partido que podríamos a este don que tenemos. Aunque la automatización de la respiración es necesaria para la supervivencia, es posible ser consciente o mindful de cómo es nuestro movimiento respiratorio, ajustando el ritmo, la velocidad y la intensidad a las necesidades propias de cada persona. ¿Comenzamos?

La respiración mindful puede realizarse en cualquier escenario (casa, trabajo, transporte público…) y no precisa de sofisticados artilugios. Podemos iniciar un proceso de respiración consciente sentados en una silla con la espalda recta pero sin tensión, cuello estirado y el mentón muy levemente hacia el pecho; tumbados en el suelo con las piernas rectas o las rodillas flexionadas y planta de los pies apoyadas; de pie con una leve flexión de rodillas, separando los pies a la altura de los hombros; o bien en una postura en la que estemos cómodos. Cerramos o entornamos los ojos con la mirada fija en un punto. Y comenzamos con un sencillo ejercicio: inspirar y espirar por la nariz poniendo foco sobre nuestras fosas nasales, percibiendo cómo el aire entra y sale. Después, acompañamos gentilmente al aire en su recorrido por nuestro sistema, jugando a llenar y vaciar los pulmones, a llenar y vaciar el estómago, a llenar y vaciar cada zona de nuestro cuerpo, cada poro de nuestra piel…

 Mindfulness en Espacio CEL


Es muy probable que durante la respiración mindful vengan a visitarnos imágenes, sentimientos, preocupaciones y tareas pendientes. Si es así, imaginemos que estamos viendo un cielo con nubes: en cada nube pondremos una preocupación o pensamiento que la brisa y la respiración se irá llevando, sin juzgarlos, sin valorar si son buenos o malos, sin aferrarnos a ellos, sin querer retenerlos… Simplemente se deslizan por el cielo y desaparecen como si estuviéramos viendo una película. 

No es requisito indispensable estar en un lugar silencioso y meditativo para disfrutar de nuestra respiración, pero sí es recomendable realizar al menos una práctica de respiración consciente diaria, empezando con unos minutos al día y repitiéndolo cuando necesitemos conectar con nosotros mismos o con nuestro entorno. Podemos explorar la respiración cuando haya cambios emocionales provocados por determinadas conversaciones o situaciones. Podemos jugar y observar qué sucede si aceleramos el ritmo o la intensidad, y qué ocurre en nuestro cuerpo cuando los ralentizamos. La práctica es la que nos permite avanzar y ser conscientes de la actividad que desarrolla nuestro cuerpo en ese momento presente.

Es bien sabido que la respiración consciente es uno de los elementos clave en la práctica de mindfulness. Actualmente, este “conjunto de técnicas de atención y concentración inspiradas en la tradición budista que John Kabat-Zinn puso en occidente en 1979” (Dokushô Villalba, 2013) está irrumpiendo con fuerza en el ámbito de la psicología y de la salud a través de diferentes programas psicoeducativos (MBSR) y de las Terapias de Tercera Generación (MBCT, ACT y DBT). Las investigaciones y artículos en estos últimos diez años han tenido un crecimiento exponencial, aportando evidencias científicas sobre los beneficios de la práctica diaria en la prevención y afrontamiento del estrés, la depresión y la ansiedad. Además, la práctica de mindfulness está comenzando a ser habitual en contextos educativos y tímidamente se va extendiendo en el ámbito laboral, incluyendo en los entornos profesionales jornadas formativas para el aprendizaje de la técnica.

…el futuro es algo que estamos creando en el ahora… Efectivamente el futuro de nuestra salud y bienestar lo estamos construyendo en cada momento presente. El secreto es que podemos decidir el material de la obra, la estructura y el modo de construirlo. ¿Qué decides?


Os deseo un día elegante